25 de diciembre de 2021

DONDE HAY VIDA Y AMOR, ALLÍ EXISTE UNA VERDADERA FAMILIA.


Evangelio para el domingo 26 de diciembre 2021
. Donde hay vida y amor, allí existe una verdadera familia.
°°° Cuando Jesús cumplió los doce años, fueron a celebrar la fiesta como de costumbre. Y al terminarse los días de la celebración, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo notaran. Pensando que iría entre el grupo de los peregrinos, hicieron una jornada y entonces empezaron a buscarlo entre los parientes y conocidos.” °°° (Lucas 2, 41-52). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
 
 
            La familia de Nazaret es la mejor escuela para entender cómo se fusiona una familia cristiana, cómo se organiza, cómo sus miembros viven su propia realidad en la armonía del amor, del entendimiento, de la comprensión, de la tarea que se le ha encomendado a cada persona.  Por ejemplo: El niño Jesús actúa de manera autónoma por fidelidad a su conciencia de Hijo de Dios. San José asume su paternidad adoptiva, con cariño y sacrificio porque sabe su responsabilidad delante de Dios. San José hace la voluntad de Dios.  La santísima Virgen María asume perfectamente su responsabilidad de ser, madre, de ser esposa, modelo de virtudes para su familia, ella siempre dio ejemplo de guardar todas las cosas en su corazón.  Una excelente familia, funciona en el amor de cada uno de sus miembros, en el respeto, en la complementariedad de la pareja, de un hombre y de una mujer.   
 
            La Sagrada Escritura describe los deberes de los hijos muy concretamente y, a la vez con suma delicadeza. El que no honra a sus padres, no experimentará ninguna alegría de sus propios hijos. En cambio, la piedad para con los padres será tenida en cuenta para obtener el perdón de los propios pecados. "El que honra a su padre expía sus pecados. El que respeta a su madre acumula tesoros" (Eclesiástico 3,3). San Pablo plantea el programa de vida y comportamiento de cada uno de los miembros de una familia. Dice el Santo: “revístanse de sentimientos de compasión, de benevolencia, de humildad, de mansedumbre y de paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. Como el Señor los perdonó, hagan ustedes lo mismo con los demás y por encima de todo esto, revístanse del amor, que crea la unidad perfecta.” (Colosenses 3, 12).
 
            El Papa Francisco propone pensar en la familia como una casa de oración. Dice el santo Padre: “En la familia se podrá experimentar una comunión sincera cuando sea una casa de oración, cuando los afectos sean profundos y puros, cuando el perdón prevalezca sobre las discordias, cuando la dureza cotidiana del vivir sea suavizada por la ternura mutua y por la serena adhesión a la voluntad de Dios” (Ángelus, 27 diciembre 2020). Cuida tu salud: Cada familia puede evangelizar con su ejemplo de vida.